domingo, 17 de septiembre de 2017

El Imperio Aivanek


T.F.Famux


Hola compis lectores, por fin os puedo presentar el final de esta tremenda, magnífica y extraordinaria saga. Antes de comenzar debo advertiros sobre lo peligroso que puede ser leer, así que si tenéis problemas cardíacos, respiratorios o depresivos ni os acerquéis al libro. Tampoco me puedo responsabilizar de que os enamoréis de los personajes y una vez acabado el libro no queráis volver a la vida real (lo cual es mi caso).

Comenzamos justo tras la anterior entrega, nuestros héroes han conseguido sobrevivir a la implacable explosión de fuego provocada por Taisham, pero eso va a ser el menor de sus problemas. en el desierto esta creciendo algo, y no, no es un monstruo, es algo peor, el fanatismo. El elegido de Liko, el dios vengativo, alienta a sus gentes a castigar a los infieles del Reino por haber huido del desierto contra los designios de los dioses, mientras que estos aún no se han recuperado de la cruenta guerra civil. La crítica contra la Iglesia y la religión que caracterizaba los primeros libros desemboca aquí, en la crítica al fanatismo. Como cada detalle en esta saga, esto no es casualidad, la intolerancia es la verdadera protagonista de la trilogía, ya sea contra los refugiados, los extranjeros...

Se trata de una obra de fantasía, pero al fin y al cabo es una ejemplo del mundo en el que vivimos. Parece que nosotros estamos mucho más adelantados con nuestros inventos y nuestra tecnología, pero las masas son igual de necias y fáciles de embaucar por los malvados que en verdad son los ganadores de la violencia que provoca el pueblo. Estos son como la madre del elegido de Liko o los conspiradores que están contra el rey. Se aprovechan de los inocentes diciendo que hacen justicia o que cumplen el mandato divino, pero sus objetivos son mucho más vulgares. Como vemos en el libro se trata de un círculo vicioso, la violencia engendra violencia, hasta que Taisham acaba con el problema desde la raíz (a lo mejor no era el método más indicado pero Taisham es Taisham).

Como ya os advertí, Famux se ha convertido en George R.R.Martin y el baño de sangre no para de aumentar. Sí, los que mueren son los despiadados Cublión (aún no consigo entender la causa de su muerte en ese castillo maldito, ¿Puede que una enfermedad o toxina?), pero también mueren buenas personas que solventaron sus errores pasados con creces.

Por si Maltés tenia pocos quebraderos de cabeza, parece que sus hijos han heredado la magia de su "tío" Taisham. Como ya imaginareis no es buena idea dar un poder implacable a unos niños pequeños... En este aspecto me parece que Maltés es muy hipócrita, ya que juzga muy duro a su hermano por poseer magia (o por el uso que hace de ella) pero es muy condescendiente con sus hijos. No hay excusa en que Taisham no sea un niño, me parece que Maltés no es el indicado para decidir quien hará un buen uso de la magia y quién es un peligro para todos por ella. Si son los dioses los que otorgan la magia, que sean ellos los que juzguen los actos que se cometen con ella.

Pero en los terrenos más inhóspitos, llenos de masacres, maldad y sufrimiento puede surgir el amor. Y por ello el libro también está plagado por finales felices. Criem devuelve a la princesa Liséa a su hogar, y el rey Maltés en vez de castigarlo por su traición, le recompensa concediéndole su mayor deseo. Los bardos cantarán por siglos la historia de la princesa y del doblemente traidor que tanto la amaba. El frió, triste y duro corazón de Taisham se da cuenta que involuntariamente se ha enamorado de la reina. Además acaba por reconciliarse con su hijo, y este traba una "gran amistad" con la protegida de su tío (y ella con una rata llamada Patitas que no para de incordiar al Aivanek).

Mientras tanto Maltés, sí, nuestro racional, solitario y eternamente ocupado rey, se enamora de su cirujano, Shudei. En este caso, cabe mencionar el gran discurso de Taisham hacia él cuando el rey cree que su hermano lo va a juzgar duramente por ser lo que el mismo llama "depravado". Taisham le explica que el único depravado es él, por los crímenes que ha cometido, pero que nadie puede ser corrupto y malvado por enamorase. Todo el mundo se acuerda de lo malo que era Taisham, pero a mi también me parece encomiable como tras su destierro se ha dedica a fomentar la tolerancia y la igualdad luchando contra las injusticias (por ejemplo aboliendo la esclavitud). Por ultimo, el pobre Samer tras sufrir innumerables penurias se acaba reencontrando con su padre.

El final del libro es agridulce al igual que todos los buenos finales (sinceramente odio esos finales melodramáticos, forzados y nada realistas), pero también es precioso como todos los finales más o menos felices. Es cierto que el libro acaba con muerte, pero ese no es el final, al cabo de un tiempo todos nos acostumbramos a la vida después de la muerte, y nuestros personajes rehicieron sus vidas. ¡Más nos costará a nosotros, los lectores, hacer lo mismo! Voy a comenzar el curso así que cuando pueda os traeré más libros, pero sed pacientes.

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