Sueños de Piedra

Iria G. Parente y Selene M. Pascual

Hola compis lectores, hoy os voy a hablar de este famoso libro que me regalaron en mi cumple.

A primera vista parece una novela fantástica típica pero al seguir leyendo te das cuenta de que no es así. Es verdad que comienza con un príncipe (Arthmael) que sale de aventuras para demostrar a su padre que es mas digno de la corona que su hermano bastardo. Hasta ahí todo parece típico de cuento, pero en el segundo capitulo entra en acción Lynne, una prostituta que asesina ( o eso cree que ha hecho) a su proxeneta y que huye del burdel (eso ya no es tan típico eee...). Cuando estos dos personajes se encuentran con un tercero, Hazan, un chiquillo que es un mago bastante torpe, y deciden ayudar a la hermana del hechicero juntos,  ahí comienza la historia de verdad. 

Realmente toda la historia fantástica y de aventuras es un marco para la historia de verdad, la relación entre Arthmael y Lynne. Estos dos primero se odian, hasta que finalmente se enamoran. ¡ Pero esto no acaba aquí! En el ultimo cuarto del libro ocurren un montón de peripecias que afectan a su relación.

En mi opinión esta muy trabajado todo el monologo interior de los personajes que domina la obra, y que hace que nos parezcan personas reales con pensamientos que podríamos tener nosotros.

Realmente me parece que el libro da una descripción maravillosa del amor, y mas real que las que se suelen ver en la literatura. 

Finalmente también hay que hacer hincapié en todas las ideas feministas que defiende Lynne, que en la actualidad siguen siendo validas ante muchos problemas del libro que aun no han sido solucionados (esclavitud en la prostitución, dificultad para la mujer de hacerse un hueco en el mundo comercial, etc.).

En conclusión, esta novela no es tan típica como parece, si no que oculta mucha psicología y filosofía.

Recomiendo su lectura, no creo que haya que ser muy sentimental para que te guste, pero cuidado, las personas muy sensibles podrían ahogarse en sus propias lagrimas al leerla jajajajajaj.